«No me gusta la cultura de las excusas»
GHISLAINE DUIJMELINGS (51) Nacida en Helmond. Estudió en Amberes y en INSEAD. Trabajó desde 1991 en Overtoom, y hasta 2015 para Manutan. En 2015 se convirtió en CEO de Troostwijk Veilingen y en 2020 la nombraron CEO de la casa de subastas alemana Surplex. 

  1. ¿Cómo fue su juventud?

Nací en Helmond (Países Bajos). Nos trasladamos a menudo, de Brabante a Drenthe y al Flandes zelandés. Las mudanzas fueron una parte importante de mi infancia, que estuvo llena de amor. Mi madre era ama de casa; volvió a trabajar cuando mi hermano pequeño cumplió los doce años. Mi padre trabajaba en la industria textil y, si cambiaba de lugar de trabajo, íbamos con él. Trabajaba en el sector del enmoquetado para suelos, que en los Países Bajos no es muy grande.

Las mudanzas caracterizaron mi juventud. Cada cinco años tenía que despedirme de mis amigos y amigas para irme a vivir a otro lugar. Un efecto positivo es que aprendes a adaptarte fácilmente. Siempre he trabajado para empresas internacionales y también me he trasladado muchas veces. Estudié y trabajé en Bélgica; después me trasladé a Francia y desde ahí trabajé para España, Portugal e Italia. Luego volví a Bélgica, y ahora llevo diez años en los Países Bajos.

Viajar me sigue pareciendo muy importante. Tenemos el objetivo de llevar a los niños por todo el mundo antes de que cumplan los 21 años; me parece muy interesante para su educación, aunque ahora no se pueda viajar.

  1. ¿Qué quería ser de mayor?

Desde joven quise entrar en el mundo empresarial. Siempre me había atraído, y por eso estudié Ciencias Empresariales.

Es lo que siempre he querido. No sé de dónde me viene el emprendimiento, quizás en parte de mi padre, pero no vengo de una familia emprendedora. Trabajé en tiendas para sacarme un dinero extra, pero no puedo decir que me sirviera para aprender mucho. Tal vez sí en lo que a sociabilidad se refiere, pero no fue determinante para mi carrera.

Mientras estudiaba, descubrí que la parte comercial y el marketing me atraían mucho. Empecé a trabajar en marketing en Overtoom, una empresa de artículos de oficina en Bélgica. Nos adquirió Manutan, un gran grupo francés que cotizaba en bolsa. Entonces me encontré con un entorno internacional.

Mi motivación siempre ha sido: ¿Qué puede hacerse de otro modo? ¿Qué puede hacerse mejor? Gracias a esa adquisición, pude potenciar mi vertiente internacional y fui haciéndome cada vez con más responsabilidad.

Ocurrió de forma natural: tenía un comportamiento y una actitud determinados que me llevaron a desempeñar ciertas funciones.

No es que planificara mi carrera, sino que aproveché las oportunidades que se cruzaron en mi camino. Trabajé mucho tiempo para Manutan y acabé convirtiéndome en directora para el Benelux. Llegué a la junta del grupo y, al cabo de 24 años, pensé: o me quedo aquí hasta que me jubile, o me dedico a otra cosa.

  1. Así que se dedicó a otra cosa.

Dejé mi trabajo y me puse en contacto con varias empresas. Totalmente por casualidad coincidí con el hijo del propietario de Troostwijk Veilingen y me enteré de que buscaban un nuevo CEO. Así es como entré en el sector de las subastas. Fui CEO en Troostwijk durante cuatro años: un trabajo muy distinto.

  1. ¿Cómo describiría ese mundo?

Una subasta es algo muy especial. Troostwijk subasta máquinas, como Surplex. Es un negocio entre empresas y muy internacional. Manutan también lo era, por cierto. Y muy centrada en los datos y en línea, cosa que ya conocía de Manutan. Había un catálogo enorme que se gestionaba totalmente online.

Hace mucho que uso datos, por ejemplo, para predictive modelling, un sistema que permite predecir quién va a comprar qué.

Pones en contacto al comprador con el vendedor, pero primero tienes que encontrar a ese comprador. El uso de datos y conocimientos de los sectores es muy importante. También necesitas un buen marketing, ya que la gente que busca una determinada máquina tiene que poder encontrarte.

Antiguamente, cuando las subastas se hacían en una sala y con un martillo, podía haber pactos. Ahora hay compradores de todo el mundo. Eso ha hecho que el verdadero valor de las máquinas sea mucho más transparente.

  1. Y se fue a Surplex. ¿Por qué?

Me atraía lo internacional. Troostwijk es una empresa muy grande en los Países Bajos y Bélgica, y Surplex lo es también en otros países. La experiencia que acumulé en Troostwijk me sirve de mucho.

Pero debido a los dos directores, que también son accionistas de la empresa, elegí Surplex. Yo también tengo acciones. Entré en contacto con ellos y fuimos conociéndonos cada vez más.

Me fui de Troostwijk y, por la cláusula anticompetencia, tuve que esperar un año antes de poder entrar a trabajar en Surplex. Durante ese año, recibí otras ofertas, algunas de las cuales también me resultaron atractivas. Pero tienes que hacer lo que te dicta el corazón, no tu cuenta bancaria.

Es una empresa alemana, pero no tiene una actitud rígida ni distante. Elegí los valores, las normas y la cultura de esta empresa, ya que encajan muy bien con mi manera de dirigir. Aquí puedo ser yo misma, cometer errores y aprender. Para mí, la confianza es esencial, y creo firmemente que una empresa crece conforme lo hace su gente.

  1. ¿Cómo se consigue eso?

Hay varios modos. En primer lugar, tu propia actuación: hay que hacer introspección. Si algo no va como querías, lo primero que hay que hacer es pensar qué podrías haber hecho, antes de echar las culpas a otro. No me gusta la cultura de las excusas. Eso es algo que transmitimos, y además formamos a los trabajadores para que lo asimilen.

Lo importante es el desarrollo personal en todos los sentidos. Cuando trabajaba en Manutan, incorporé el deporte a la empresa, no porque sea algo saludable, sino para aprender sobre la responsabilidad propia. Teníamos una biblioteca con libros y películas, y jardines propios para aprender a cuidar la naturaleza.

En Surplex, solemos tener cursillos a mediodía que los trabajadores se imparten unos a otros. Ahora todo eso hay que hacerlo a través de Teams. Hacemos cuanto está en nuestras manos para fomentar el desarrollo de los trabajadores, pues es algo que me parece muy importante.

  1. ¿Qué tipo de artículos subasta?

Se subastan máquinas porque han dejado de ser útiles o para ahorrar costes, o para modernizarse y reinvertir. La industria manufacturera de los Países Bajos siempre quiere lo último de lo último, de eso no hay duda. Además, aquí las normas y requisitos de seguridad son muy estrictos. Cada cierto tiempo, hay que cambiar alguna pieza. Pero eso no quiere decir que subastemos máquinas que no son seguras, ¡ni mucho menos! Lo examinamos y analizamos todo con detenimiento. Nadie puede colgar online una máquina para subastarla: uno de nuestros equipos se desplaza a la empresa para verla y describirla. Tenemos compradores en todo el mundo. Y son importes elevados, aunque la oferta varía de un taladro a una línea de producción completa.

Por supuesto, también hay empresas que cierran y quiebras.

Esto último es horrible, claro, pero es bueno poder saldar posibles deudas. Así, el emprendedor puede seguir adelante. Por eso, recomendamos plantearse la posibilidad de subastar si una empresa corre el riesgo de quebrar. Ahora hay pocas quiebras, pero creemos que aumentarán.

También nos dedicamos a la venta directa. En tal caso, los destinatarios son un mercado pequeño, o también lo hacemos si alguien nos pide una máquina muy específica. A veces, si el cliente lo desea, compramos la máquina y a continuación la subastamos. Un 40 % de la facturación viene de estas transacciones. Ofrecemos un gran servicio: tasamos, organizamos la exportación y el transporte, desmontamos máquinas… No nos limitamos a las subastas.

Lo bonito de este trabajo es que das una segunda vida a las máquinas y generas puestos de trabajo en otro lugar. También vemos que los empresarios de los Países Bajos no siempre se decantan por una máquina nueva: también se puede producir bien con una máquina que ya ha trabajado en otro lugar, y eso repercute en la inversión.

  1. ¿En qué sectores trabaja Surplex?

Nos centramos en la industria metalúrgica y maderera, pero también trabajamos en construcción y movimiento de tierras.

  1. ¿Cuál es su estilo de liderazgo?

La gente me considera realmente una colega más, aunque soy la persona que, en última instancia, tiene que tomar las decisiones. Creo que soy accesible, no mandona. Es muy típico de los CEO neerlandeses. Rutte va en bicicleta a trabajar, y los miembros de la Casa Real se suelen mezclar con el resto de los ciudadanos. Los otros accionistas tienen la misma mentalidad. Cuando leo opiniones online, la gente siempre dice que les hemos ayudado mucho y que somos muy amables. Hacemos todo lo que podemos por el cliente. Y crecemos un 20 % al año, incluso el año pasado, a pesar de la crisis del coronavirus. La gente cada vez nos encuentra con más facilidad.

Fuente: Liesbeth Wytzes, EW Elsevier Weekblad

Descargas correspondientes:

Imagen correspondiente:

Personas de contacto correspondientes:

Surplex GmbH
Dennis Kottmann
Theodorstr. 105
40472 Düsseldorf
Alemania
Tel.:+49 211422737-28
dennis.kottmann@surplex.com
Surplex GmbH
Ghislaine Duijmelings
Theodorstr. 105
40472 Düsseldorf
Alemania
Tel.:+31 622802929
ghislaine.duijmelings@surplex.com